martes, 6 de diciembre de 2011

El conocimiento convencional.

"El Taoísmo y el Zen presentan, a primera vista, un carácter enigmático a la mentalidad occidental, debido a que hemos adoptado una concepción parcial del conocimiento humano. Para nosotros el conocimiento humano es lo que un taoísta llamaría conocimiento convencional, porque no creemos saber nada en realidad a menos de poder representárnoslo por medio de palabras o por algún sistema de signos convencionales como la notación matemática o musical. Semejante conocimiento se llama convencional porque es cosa de acuerdo social acerca de los códigos de comunicación. Así como la gente que habla una misma lengua tienen tácitos acuerdos acerca de qué palabras representan tales o cuales cosas, así también los miembros de toda sociedad y cultura están unidos por lazos de comunicación que se basan en toda clase de acuerdos acerca de la clasificación y valoración de los actos y las cosas.
Así, la tarea de la educación consiste en hacer que los niños se tornen capaces de vivir en una sociedad persuadiéndolos a aprender y a aceptar sus códigos: las reglas y convenciones de comunicación por las cuales la sociedad se mantiene unida. ante todo está el lenguaje hablado. No es difícil comprender que la palabra "árbol" es convencional. Pero es mucho menos evidente la convención que rige el perfil de la cosa a la cual se aplica la palabra. En efecto, al niño hay que enseñarle no sólo qué palabras representan tales o cuales cosas, sino también la forma en que su cultura ha aceptado tácitamente dividir las cosas unas de otras, marcar los límites dentro de nuestra experiencia cotidiana. Así, por convención científica se decide si una anguila será un pez o una serpiente, y la convención gramatical determina qué experiencias serán llamadas objetos y cuáles recibirán el nombre de sucesos o actos. Cuan arbitrarias pueden llegar a ser estas convenciones se advierte con esta pregunta: "¿Qué ocurre con mi puño - objeto sustantivo - cuando abro la mano?". El objeto desaparce milagrosamente porque la acción estaba disfrazada por una parte de la oración que generalmente designa una cosa... Gran número de palabras chinas hacen tanto de sustantivos como de verbos, de manera que a quien piensa en chino le cuesta muy poco advertir que los objetos son también sucesos, que nuestro mundo es una colección de procesos más que de entidades."