lunes, 12 de julio de 2010

Mandalas y yantras. Su sentido y beneficios.

Mandala significa círculo en sánscrito. Esta palabra es también conocida como rueda y totalidad. Más allá de su definición como palabra, desde el punto de vista espiritual es un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente. También se le define como un sistema ideográfico contenedor de un espacio sagrado. Ingresar en este blog para más información sobre mandalas y ver galería. Por su parte, Yantra es una palabra sanscrita que literalmente significa “instrumento” o “maquina”. Deriva de la raíz “yam” significando sostener, mantener, significando por lo tanto algo así como "receptáculo de la más alta esencia espiritual." Este poderoso instrumento, permite a la persona enfocar la energía cósmica y logra resultados deseados a través de la veneración. Como se ve, ambos son símbolos sagrados, tradicionalmente usados en el misticismo Oriental, como instrumento para enfocar y balancear la mente, en un concepto espiritual. Nos referiremos a ellos, a partir de ahora, indistintamente con el nombre de mandalas.

Tienen su origen en la India, en tiempos remotos, y se propagaron en las culturas orientales, en las indígenas de América y en los aborígenes de Australia. En la cultura occidental, fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos. Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente. Según Carl Jung, los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente y son el símbolo del arquetipo "self" (Sí-mismo). En el mundo oriental, los mandalas son un diagrama cosmológico, utilizado para la meditación. . Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos. Estas figuras pueden ser creadas en forma bidimensional o tridimensional. Por ejemplo, en la India hay un gran número de templos realizados en forma de mandalas. Los diseños son muy variados, pero mantienen características similares: un centro y puntos cardinales contenido en círculos y dispuestos con cierta simetría. En la tradición cristiana también las conocemos con el nombre de mandorlas, rosetones,...

El trabajo de meditación con mandalas o yantras ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar la creatividad y a reconectar con el ser esencial, el Sí-mismo que decía Jung. Es como comenzar un viaje hacia la esencia, abre puertas hasta entonces desconocidas y hace que brote la sabiduría interior. La meditación puede consistir en la observación o bien en la realización del dibujo de éstos. En el primer caso, solo es necesario buscar una postura cómoda, lograr una respiración rítmica y profunda, y observar el mandala de elección. En el segundo caso, se puede elegir entre dibujar, colorear ... o incluso trocearlo para después reconstruirlo a manera de puzzle (¿hasta que punto los tradicionales y humildes puzzles no proporcionan muchos de los beneficios que se atribuyen a los mandalas?. Hay técnicas muy variadas y todo dependerá del estado de ánimo y de lo que el mandala transmita. Esta técnica de meditación ha sido muy cultivada por los budistas tibetanos y tal vez la demostración más extendida sea el mandala que se realiza en la celebración del Kalachakra.

Un sitio interesante (en portugués) sobre mandalas, con explicaciones y muestra de diversos mandalas.


Beneficios de dibujar o pintar mandalas/yantras:

1) Comienzo de un trabajo de meditación activa.
2) Contacto con tu esencia.
3) Te expresarás mejor con el mundo exterior.
4) Ayuda a expandir tu conciencia.
5) Desarrollo de la paciencia.
6) Despertar de los sentidos. Es probable que comiences a ver lo que está a tu alrededor con otros ojos.
7) Empiezas a escuchar la voz de tu intuición.
8) Te aceptarás y te querrás más.
9) Te curarás física y psíquicamente.

Formas y sus significados. Todos los elementos que se integran en un mandala/yantra tienen un significado:

Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.
Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.
Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.
Hexágono: unión de los contrarios.
Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.
Mariposa: autorenovación del alma. Transformación y muerte.
Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.
Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro)

Colores. Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja:

Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.
Negro: muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
Gris: neutralidad, sabiduría, renovación.
Rojo: masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
Oro: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
Plata: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.

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