
Conocemos bien la imagen pública del XIV Dalai Lama, pues es un hombre muy activo tanto en la faceta religiosa, dando enseñanzas del dharma en conferencias y seminarios, oficiando ceremonias, como en la faceta política, desarrollando discretamente sus funciones como jefe político que lo es del pueblo tibetano en el exilio.

Pero, a buen seguro, no será tan conocida esta otra faceta que descubrimos aquí, de recitador de mantras... Este testimonio nos aproxima a un artista del canto y sobre todo a un corazón compasivo que ofrece su voz para el más alto bienestar de sus semejantes.
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