La mención más antigua de los chakras se encuentra en los Upanishad, incluyendo específicamente el Upanishad Brahman y el Upanishad Yogatattva. Estos modelos fueron adaptados en el Budismo Tibetano como la teoría Vajrayana, y en la teoría Tántrica Shakta. Según el hinduismo y algunas culturas asiáticas, los chakras son vórtices energéticos situados en los cuerpos sutiles del ser humano, llamados Kāma rupa ('forma del deseo') o linga sharira ('cuerpo simbólico'). Su tarea es la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía llamada prana.
Cada uno de estos centros se asemeja a una flor de loto abierta y posee ciertos colores que son más o menos brillantes según el estado evolutivo de la persona. De ahí que se identifique a los chakras por su número de pétalos y su color. Cada chakra tiene dos extremos conectados, uno para la parte frontal del cuerpo y otro para la espalda. Dependiendo de la salud de la persona y su evolución, la fuerza con la que "brillan", su apertura y la velocidad de su giro serán de diferentes maneras. Cuanto más evolucionada esté la persona, más abiertos estarán sus chakras y más armoniosos serán su giro y brillo. A medida que se crece se van abriendo de abajo a arriba.
La palabra sánscrita "chakra" se traduce como "rueda", por referirse a las ruedas de energía del cuerpo etérico que da vida a una parte de nuestro cuerpo físico. La energía que actúa detrás de nuestro cuerpo físico se desenvuelve dentro de un sistema muy perfecto, por medio de una una inmensa red de canales (nadis) que interpretan todo lo que acontece en el mundo exterior. Los chakras son los puntos energéticos que gobiernan nuestro cuerpo físico al propio tiempo que regulan la absorción y salida de la energía. Están asociados no solo a funciones biológicas de nuestro cuerpo físico, sino también a las mentales y emocionales, y nos permiten interactuar con la energía del entorno. Cuando un chakra se desarrolla a través de nuestro trabajo con él, pasa de un estado de latencia a un estado de actividad que será más o menos grande según lo que lo hayamos desarrollado.
Los chakras son descritos en los textos tántricos como Sat-Cakra-Nirupana, y el Padaka-Pancaka, como energías que emana de lo espiritual y que gradualmente se hace concreta, creando distintos niveles de chakras, y que eventualmente halla su reposo en el chakra Muladhara, o chakra raíz, en la base de la columna vertebral (perineo). La energía liberada en la creación, llamada Kundalini, yace dormida, entonces, en la base de la espina, enrollada en sí misma tres vueltas y media. El propósito del yoga tántrico o kundalini yoga es hacer manifiesta esta energía, y elevarla a través del canal central (sushumna) pasando por los chakras, hasta que la unión con el Absoluto sea lograda en el chakra Sahasrara en la cabeza.
Cada uno de estos centros se asemeja a una flor de loto abierta y posee ciertos colores que son más o menos brillantes según el estado evolutivo de la persona. De ahí que se identifique a los chakras por su número de pétalos y su color. Cada chakra tiene dos extremos conectados, uno para la parte frontal del cuerpo y otro para la espalda. Dependiendo de la salud de la persona y su evolución, la fuerza con la que "brillan", su apertura y la velocidad de su giro serán de diferentes maneras. Cuanto más evolucionada esté la persona, más abiertos estarán sus chakras y más armoniosos serán su giro y brillo. A medida que se crece se van abriendo de abajo a arriba.
La palabra sánscrita "chakra" se traduce como "rueda", por referirse a las ruedas de energía del cuerpo etérico que da vida a una parte de nuestro cuerpo físico. La energía que actúa detrás de nuestro cuerpo físico se desenvuelve dentro de un sistema muy perfecto, por medio de una una inmensa red de canales (nadis) que interpretan todo lo que acontece en el mundo exterior. Los chakras son los puntos energéticos que gobiernan nuestro cuerpo físico al propio tiempo que regulan la absorción y salida de la energía. Están asociados no solo a funciones biológicas de nuestro cuerpo físico, sino también a las mentales y emocionales, y nos permiten interactuar con la energía del entorno. Cuando un chakra se desarrolla a través de nuestro trabajo con él, pasa de un estado de latencia a un estado de actividad que será más o menos grande según lo que lo hayamos desarrollado.
Los chakras son descritos en los textos tántricos como Sat-Cakra-Nirupana, y el Padaka-Pancaka, como energías que emana de lo espiritual y que gradualmente se hace concreta, creando distintos niveles de chakras, y que eventualmente halla su reposo en el chakra Muladhara, o chakra raíz, en la base de la columna vertebral (perineo). La energía liberada en la creación, llamada Kundalini, yace dormida, entonces, en la base de la espina, enrollada en sí misma tres vueltas y media. El propósito del yoga tántrico o kundalini yoga es hacer manifiesta esta energía, y elevarla a través del canal central (sushumna) pasando por los chakras, hasta que la unión con el Absoluto sea lograda en el chakra Sahasrara en la cabeza.
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