 "En  la medida en que nos identificamos con estos personajes y con las reglas de  conducta correspondientes sentimos que somos alguien  porque nuestros  compañeros tienen menos dificultad en aceptarnos, es  decir, en identificarnos y  en comprobar que estamos "controlados"...  Pero las convenciones   que rigen la identidad humana son más sutiles y mucho menos patentes  que las  que acabamos de señalar. Aprendemos cabalmente, aunque de modo  mucho menos  explícito, a identificarnos con una concepción igualmente  convencional de  "yo mismo". Porque el "yo" o "persona"  convencional se  compone principalmente de una historia que consiste en una  selección  de recuerdos y que comienza con el momento del parto. Según la   convención, yo no soy simplemente lo que estoy haciendo ahora. Soy  también lo  que he hecho, y esa convención da una versión que hace que  mi pasado casi  parezca ser mi "yo" real más que lo que yo estoy  haciendo en este  momento. En efecto, lo que soy parece ser fugaz e intangible, pero lo  que fui es  algo fijo y definitivo. Es la base firme para predecir lo que  seré en  el futuro, y así resulta que estoy más íntimamente identificado con lo   que ya no existe que con lo que realmente es."
"En  la medida en que nos identificamos con estos personajes y con las reglas de  conducta correspondientes sentimos que somos alguien  porque nuestros  compañeros tienen menos dificultad en aceptarnos, es  decir, en identificarnos y  en comprobar que estamos "controlados"...  Pero las convenciones   que rigen la identidad humana son más sutiles y mucho menos patentes  que las  que acabamos de señalar. Aprendemos cabalmente, aunque de modo  mucho menos  explícito, a identificarnos con una concepción igualmente  convencional de  "yo mismo". Porque el "yo" o "persona"  convencional se  compone principalmente de una historia que consiste en una  selección  de recuerdos y que comienza con el momento del parto. Según la   convención, yo no soy simplemente lo que estoy haciendo ahora. Soy  también lo  que he hecho, y esa convención da una versión que hace que  mi pasado casi  parezca ser mi "yo" real más que lo que yo estoy  haciendo en este  momento. En efecto, lo que soy parece ser fugaz e intangible, pero lo  que fui es  algo fijo y definitivo. Es la base firme para predecir lo que  seré en  el futuro, y así resulta que estoy más íntimamente identificado con lo   que ya no existe que con lo que realmente es.""El camino del Zen"
Alan Watts.
 
Alan Watts.
