domingo, 1 de agosto de 2010

Zen de cada día.

"La frase original viene de una antigua historia Zen, un diálogo entre Zhaozhou y Nanquan. Zhaozhou es uno de los maestros más hermosos de la tradición Zen, un favorito de Suzuki Roshi y también mío. Él comenzó a enseñar hasta que tuvo 80 años. Él era muy simple y muy humilde porque él estaba más allá de tener que probar algo. Zhaozhou es el que respondió "Mu" cuando alguien le preguntó "¿Un perro tiene la naturaleza de Buda?" Y él también es el autor de uno de mis dichos favoritos del Zen. Cuándo se le preguntó "¿Qué es zazen ?" él respondió: "Es no zazen". Y alguien dijo "¿Cómo zazen puede ser no zazen? Y Zhaozhou dijo: "Está vivo."
"Nanquan fue maestro de Zhaozhou y esta frase "Zen de Cada Día" viene de una dialogo entre ellos. Zhaozhou preguntó ¿Cuál es el Camino? y Nanquan respondió: "El Zen de Cada Día es el Camino". Zhaozhou dijo "¿Bien, y qué podemos hacer acerca de eso?" o ¿Qué podemos hacer con eso?" Nanquan respondió: "Si tu tratas de hacer algo con eso, ya lo pierdes? Zhaozhou dijo "Bien, entonces ¿cómo podemos saber si es el camino? Si nosotros no podemos hacer nada con eso, ¿Cómo podemos saber cual es el camino? ¿Cómo podemos practicar? Y Nanquan respondió: "El camino no es un asunto de conocer o no conocer. Conocer es una exageración. No conocer es solamente una estupidez. El camino es abierto, vasto y vacío. ¿Por qué insistes en reducirlo?"
Es de lo anterior de donde proviene la frase "El Zen de Cada Día". Y este Zen de Cada Día, la mente cotidiana, es realmente la esencia de la contribución del enfoque Zen al budismo. "¿Cuál es el Camino?" "La mente de cada día es el Camino".
[...]
Las acciones cotidianas, las cosas ordinarias, hablar con alguien, desayunar, lavar los trastos etc. etc., estas cosas que nosotros hemos limitado y reducido por nuestras preconcepciones y hábitos mentales, por nuestro acondicionamiento, por nuestros hábitos del ego, son en realidad algo maravilloso, vasto, desconocido, misterioso. Si solamente pudiéramos dejar ir y despojarnos de nuestras preconcepciones, nuestra forma limitada de ver las cosas, nosotros podríamos encontrar gozo y satisfacción en un nivel religioso, no sólo con humo e incienso, en paz y quietud o con cantos y rituales, sino con todo. Realmente con todo en nuestras vidas. Este es el mensaje y la comprensión Zen. Dejar que la luz interior de todas las cosas brille. Y esto es lo que creo hace a la práctica del Zen tan maravillosa, el reconocer que no es una actividad especial: es cada una de las actividades que realizamos durante nuestra vida diaria.
[...]
Todo esto es muy bueno, es muy reconfortante y alentador, es muy metafísico. Pero aún nos quedamos con muchas cuestiones practicas, que quizá es lo primero que está implícito en la pregunta de Zhaozhou: ¿Cómo ponemos todo esto en práctica?
Deseo hablarte de tres actitudes:
a) [La primera trata de esas dos formas que vamos alternando a lo largo de la vida: "puedo hacerlo" o "es imposible". Pero ninguna de las dos formas de pensar resuelve el problema. Porque es precisamente nuestro esfuerzo por hacer y hacer ocurrir y crear nuestras vidas la que nos derrota.]... No importa que tan bueno sea; que tan fuerte sea, que tan determinado esté, cuantos periodos de zazen me haya sentado etc. etc. Nunca seré capaz de hacerlo por que no es esa clase de cosa. Esa es la razón por la cual muchos de nosotros intentamos la estrategia - consciente o inconscientemente - de evitar la barrera. Pensado en otra cosa durante cincuenta o setenta años. ¿Por qué no podemos enfrentar la imposibilidad de nuestras vidas tal como ellas realmente se nos presentan? Uno no puede culpar a nadie por eso. Eso sería una respuesta racional. Pero el problema es que no funciona. Porque la barrera no está en otra parte y no es evitable - está exactamente frente a nosotros, en cualquier lugar que estemos. Al final ella siempre nos atrapa. De hecho somos ella. Por lo tanto esto es lo primero que necesitamos reconocer. Solamente dejar ir y relajarnos, saber que realmente no podemos hacerlo. Ninguno de nuestros esfuerzos dará frutos. Esto nos enseña que practicar no se trata de algo que vamos a hacer sino de algo que vamos a deshacer, de algo que trataremos de dejar ir. Practicar es despojarse de algo en lugar de agregar algo extra. Nosotros ya hemos agregado muchas cosas extras, toda una vida de extras. Ese es el problema. No necesitamos mas extras. Necesitamos dejar ir algo. Por lo tanto practicar no es hacer. Practicar es deshacer. [...]
b) La segunda actitud es en mucho un corolario de la primera y hace la primera actitud posible. Es el desarrollo gradual, a través del tiempo, de la dedicación, la fe, la devoción y la confianza en nuestra practica en si misma - en nuestro propio cuerpo y mente y en nuestra practica. [...] Solamente hacerlo. Uno encuentra que con el tiempo, con el sólo hecho de hacerlo cada día, emergerá gradualmente un fuerte sentido de dedicación y de fe de tal manera que serás inamovible. Incluso tu no te darás cuenta de ello. Pero esta allí. Y no estás preocupado acerca de que tan bueno o malo eres o que es lo que necesitas o no necesitas. [...]
c) Y la tercera actitud, es este sentimiento de estarse moviendo hacia un espíritu de renunciación[...] ¿Que es realmente la renunciación? En general, nosotros pensamos que es una suerte de privación. Yo no pienso que eso sea la verdadera renunciación. Si alguien piensa eso y renuncia a muchas cosas en el curso de la practica espiritual, privándose a sí mismos de ser felices, renunciando a las cosas hasta sufrir y soportar dificultades: para mí este espíritu es verdaderamente distorsionado e infeliz. Yo no pienso que esto sea la renunciación. Renunciación realmente significa dejar ir, llegar a estar libre de apegos conceptuales. [...] Con la renunciación hay un reconocimiento de que aquello que se supone que tú tienes en realidad nunca lo has tenido, porque nunca fue factible de ser poseído. No es que tú estés renunciando a algo. Tu estás reconociendo que nunca podrías poseer lo que tu creías que tenías: tu identidad, tus posesiones. [...] Es chistoso, la gente tiene muchas posesiones y ellos mueren. Las posesiones no se evaporan cuando ellos mueren. En lugar de eso los familiares comienzan a pelear por ellas. [...] Las posesiones nos poseen, nosotros no las poseemos. Nosotros decimos que trabajamos por dinero: es verdad y más literal de lo que pensamos... [...] Yo no quiero decir con esto que las abandones, aunque quizá podrías hacerlo. Pero internamente tu comprendes su naturaleza y tu propia naturaleza. Dejas de estar enloquecido y oprimido por la situación. Esto es renunciación.
[...]
Así encarnamos tres actitudes: primero reconocer que nosotros no podemos hacerlo, segundo tener fe y dedicación en nuestra práctica y tercero cultivar el espíritu de renunciación. Estas son las tres actitudes básicas o fundamentales que caracterizan y soportan la práctica del Zen de Cada Día."

Tomado de
"Practicando el Zen de Cada Día", de Zoketsu Norman Fischer
En Everydayzen

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