sábado, 1 de diciembre de 2012

Plexo solar y corazón.

"Juntos, el plexo solar y el cardíaco constituyen un comando magnético procesador de las energías provenientes del cuerpo emocional. Cuando la polaridad emocional se orienta a la satisfacción de las ambiciones del pequeño yo personal, las energías así generadas se dirigen hacia el plexo solar y son procesadas por el páncreas, el estómago y el hígado; y a través de estos órganos inciden sobre todo el tracto intestinal. Buena parte de nuestras enfermedades en la práctica clínica afectan vísceras y órganos adscritos al plexo solar expresándose como gastritis, úlceras, desórdenes biliares, colitis, alteraciones digestivas, etc., que además de los factores conocidos por los médicos tienen un motor oculto en actitudes emocionales dirigidas a saciar apetitos individuales que se reflejan en un estilo de vida consagrado a la expansión del propio territorio. Esto ocasiona una congestión energética crónica en los órganos adscritos al plexo solar y se refleja en hábitos alimenticios inadecuados. La congestión del plexo solar no puede hacerse sino a costa de disminuir el flujo de energía hacia el cardíaco y entonces el corazón y el sistema inmune empiezan a sufrir. Multitud de problemas inmunes y cardíacos tienen su génesis en desordenes emocionales que, al afectar el plexo solar, terminan afectando también al timo y al corazón. Podríamos simplemente adecuar la dieta, pero olvidamos que no somos lo que somos por lo que comemos o bebemos, sino que comemos lo que comemos por lo que somos. Ese ser se revela en actitudes hacia la vida y es allí donde podría realizarse el cambio. El cambio de actitud consiste en que, en lugar de peguntarnos que espero yo de la vida?- actitud de pedir que nace del plexo solar-, nos preguntemos que espera la vida de nosotros- actitud de servir que nace del corazón-. Cuando somos lo que somos por lo que a la vida le podemos dar y no por lo que podemos poseer y retener tiene lugar un cambio fundamental en nuestra evolución: ascendemos en nuestra humanidad, centrada en nuestra más grande riqueza, nuestra capacidad de dar. El cuarto centro o chakra cardíaco es el territorio de la comprensión amorosa, actitud desde la cual podemos sanar nuestras relaciones. Y sanar las emociones y las relaciones es la clave para llenar la vida de sentido." 

Entrevista al doctor Carvajal.