Con una mente en calma evitaremos las "proyecciones mentales" sobre los objetos y la distorsión de la realidad. Tanto el apego como la ira nos hacen ver el mundo con una falsa apariencia, ya sea en positivo o en negativo. Solo con una mente en calma podremos alcanzar el conocimiento correcto y un control emocional (dominio) que redundará en beneficio de nuestra salud y en definitva en nuestra felicidad y en la de los que nos rodean. Esta es la enseñanza, sencilla y sabia, del Dalai Lama en esta alocución.
Con la práctica de la calma mental, (Shamatha o de Shi`nay), entrenamos la mente para desarrollar la concentración y la plena atención. Es el origen de todos los samadhis, un estado en el que la mente reposa apaciblemente, concentrada en un único objeto.
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