He aquí las ocho negatividades internas que conducen al sufrimiento propio y ajeno.
1. Orgullo.
2. Ignorancia.
3. Odio.
4. Celos.
5. Sostener teorías erróneas.
6. Apego.
7. Avaricia.
8. Duda.
Evitarlos (al menos evitarlos) es nuestra lucha diaria.
¿De qué manera? Ese es el camino personal que cada uno debe descubrir.
Pero parece bastante cierto que la purificación se ha de hacer en una fuente con tres caños:
el de la acción, el de la palabra y el del pensamiento.
¿Y cómo se llega a esa fuente?
Por el camino medio de la sabiduría y la compasión
y su noble óctuple sendero.
Por el camino que eligió san Juan de La Cruz
en su Subida al Monte Carmelo.
y su noble óctuple sendero.
Por el camino que eligió san Juan de La Cruz
en su Subida al Monte Carmelo.