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Yama y Ni-Yama se pueden traducir como «esfuerzo y relajación» o «tensión y tranquilidad». Esta etapa incluye la dominación de las principales reglas éticas y psicohigiénicas de la vida de un buscador espiritual. El trabajo en esta dirección empieza con la lucha contra las manifestaciones imperfectas del propio «yo», más que nada en las reacciones emocionales. El heruka “Yama”, dios de la muerte, nos habla de este esfuerzo que es la destrucción de lo negativo en nosotros para renacer a la perfección.
Las emociones no son otra cosa que estados de la conciencia. Éstas se irradian fuera de los límites del cuerpo, en el cuerpo astral, y crean un ambiente energético para las personas y para otros seres alrededor. Las personas que viven en estados emocionales burdos crean, por vibración energética, un ambiente destructivo y patógeno, la comunicación con ellas puede causar graves impactos energéticos e incluso llegar a provocar enfermedades en el cuerpo físico. En cambio, aquellos que viven en los estados de amor sutil sanean, espiritualizan y ennoblecen todo alrededor de sus cuerpos y sanan solamente con su presencia, hasta una escala planetaria.Utilizando este heruka como yidam (foco de meditación, ver yidam en este blog), al tiempo que actuamos sobre los chakras, podremos serenar nuestra mente y limpiar nuestro cuerpo astral de todas las imperfecciones.
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