Cuando estés trabajando, sea lo que sea que estés haciendo, no pienses que sabes lo que haces. Si estás barriendo, dite a ti mismo "esto no es barrer"; si estás lavando los trastes, dite "esto no es lavar trastes". Recoge los trastes como si estos fueran un tesoro precioso, cada uno de los trastes, un tesoro precioso que se te ha dado y que nunca recibirás otro igual, y dale tu atención completa a cada traste. Si encuentras esto difícil de hacer y tu mente divaga un poco, tan pronto te des cuenta de que divaga regrésala. Entonces entrena tu mente de esta manera para ver cada traste como un tesoro. Suelta el tiempo y el espacio, y especialmente suéltate a ti mismo y desaparécete en el traste; desaparécete en el agua de los trastes, desaparécete en los vegetales que estás cortando; desaparécete en el hecho de que estás parado ahí donde estás. Y cuando entres al Zendo y cruces la puerta, no creas que estás entrando al Zendo, no sabes lo que es este cuarto. Y cuando camines, por favor camina de esta forma y no sólo hagas una meta el llegar a tu asiento, no estés pensando "voy a mi asiento". Tal vez nunca logres ir tan lejos, realmente no lo sabes. Entonces toma un paso cuidadosamente, y si esto funciona toma el siguiente. Sólo da un paso a la vez, y si llega a suceder que llegues a tu asiento, deja que esto sea una enorme sorpresa y con gratitud haz una reverencia a tu cojín y date vuelta para hacer una reverencia a todo el universo de seres sintientes y siéntate en tu asiento. Toma una respiración plena, llena y decisiva, inhalando aire ilumina el universo entero y exhalando, trae todo el cuerpo y la mente a un descanso. Y sólo toma una respiración, y si eso va bien, toma otra. Deja que todo el mar y todo el cielo sean parte de cada respiración.
[...]También practica de esta forma cuando estés caminando a tu cuarto, cuidadoso con cada paso, sin saber a donde vas, sin asumir nada. Observa el silencio y observaremos el silencio juntos, y al observar el silencio no quiere decir que nos estemos ignorando los unos a los otros, no es que no nos demos cuenta de quien está alrededor, eso no es silencio. Observar juntos el silencio es incluirnos los unos a los otros en una manera más amplia y profunda de la usual. En vez de decir cuando vemos a alguien, "oh es sólo Andrés...ah es John y sé todo sobre él... oh es Martha y ya conozco a Martha, a los tres... es Antonieta, ya la conozco". No, tú no sabes quién es, no tienes idea, de la misma manera que no sabes quién eres tú.
Entonces, en silencio nos incluimos los unos a los otros de una manera mucho más grande. Y al cruzarnos en el camino podemos hacer una reverencia el uno al otro. Esto puede parecer extraño, la costumbre de hacer una reverencia el uno al otro al cruzarnos, pero es una manera de decir "yo entiendo que no conozco la grandeza de lo que eres, pero la honro".
[...]Cuando llegue la hora del descanso, pero con comillas, esto es un tiempo bastante importante para practicar y ver si es posible que no regreses a tu modo usual de ser. [...] has lo mejor que puedas para practicar de esta manera. Y esto es un trabajo lento y algo doloroso, sería fácil rendirte antes de comenzar, entonces tienes que tener mucha paciencia. Tienes que realmente regresar constantemente a donde estás. Y se te va a olvidar miles y miles de veces porque tu hábito de pensar que eres alguien que no eres y que el mundo es algo que no es, es muy fuerte. Poco a poco tenemos que ir despertando."
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