No siempre es necesario pensar con palabras.
Las palabras con frecuencia me impiden
actuar en forma plenamente intuitiva.
Los temores, la indecisión y la frustración,
se alimentan con palabras.
Sin palabras, generalmente cesan.
Si al tratar de relacionarme con alguien,
especialmente si se trata de un desconocido,
dejo de pensar en palabras
y atiendo a la situación, permaneciendo abierto,
encuentro que actúo más adecuadamente,
de forma más natural u original
y a veces, incluso, con audacia.
Tal vez las palabras sean buenas para rememorar,
pero son limitadas cuando
necesito actuar en el presente.
"Palabras a mí mismo"
Hugh Prather.
RBA Libros, Barcelona, 2006