"En las grandes religiones de experiencia, el cuerpo trae sucesivamente varios sistemas energéticos. Ellos dependen de la meta buscada, ya sea el de estados de dioses sin forma, una larga vida balanceada o la clara luz de la mente. En el hinduismo este trabaja en la espina dorsal, en el taoísmo en una elipse a través del cuerpo, y en el budismo el canal central de energía reposa entre un punto ocho dedos detrás de la línea original del cabello en el tope de nuestra cabeza y finaliza cuatro dedos abajo del ombligo. De este tubo de energía primaria en el centro de nuestro cuerpo cinco ruedas diferentes se dispersan ramificándose en 72.000 canales. Siendo femeninos, ellos son esencialmente espacio e intuición. Dentro de ellos yacen energías masculinas potenciales, las cuales sólo son completamente despertadas en la iluminación. Su naturaleza es compasión y gozo. Durante el proceso de muerte la conexión con los sentidos externos primero se recoge hacia el centro de nuestro cuerpo y luego, las cinco ruedas colapsan en el canal central de energía. Durante ese proceso uno primero pierde poder. Una presión es sentida sobre el cuerpo y las impresiones sensoriales se hacen confusas. Entonces, nuestro control sobre los elementos fluidos se pierde. Uno se siente como si flotara en agua y saliva de la boca y nariz. Seguidamente a esto, uno se vuelve reseco, y el frío penetra por las extremidades. Ahora, cercanos a la muerte, nuestra respiración es superficial y entrecortada y los no meditadores pierden la última habilidad para concentrar la mente. Dependiendo de nuestro Karma, las impresiones absorbidas durante nuestra vida, cualquier cosa puede aparecer, desde el maravilloso sentimiento de gozo significando experiencia luego de un Phowa hasta estados de gran pérdida con temor y frustración. Aquí el karma puede hacerse ya muy visible. Al final, uno toma tres exhalaciones muy largas, y eso es todo. Aunque en este momento las personas son declaradas "muertas", durante los próximos 20 o 30 minutos un proceso energético continúa dentro de los ejes magnéticos del cuerpo.
Este canal de energía apareció cuando nuestra consciencia de la vida anterior se juntó con la esperma y el óvulo de nuestros padres. Las dos células, cuya información genética dio las bases para nuestros cuerpos actuales, adicionalmente, cada una lleva una carga energética. En la meditación la esencia masculina es experimentada como blanca y la femenina como roja. Cómo billones de células se formaron en nuestros cuerpos humanos, la energía blanca se movió hacia arriba y ahora está centrada alrededor de ocho dedos detrás de nuestra línea original del cabello en la coronilla de nuestras cabezas. Al mismo tiempo la energía roja se movió hacia abajo y ahora reposa cuatro dedos debajo del ombligo en el centro del cuerpo. Entre estos dos polos yace un eje con las ruedas y canales mencionados anteriormente. Luego que uno deja de respirar, durante los siguientes diez o quince minutos la energía blanca deja de aferrarse del tope de nuestra cabeza y se mueve hacia abajo hacia el corazón. En su camino hacia abajo, una hermosa clara luz es experimentada, cómo de la luna, mientras treinta y tres sentimientos, cuya base está en la rabia, desaparecen. Muchos escuchan el sonido de la sílaba HANG y la memoria es tan intensa que un frecuentemente ve seres que han muerto antes que uno.
Después de eso, una luz roja asciende desde el punto cuatro dedos debajo de nuestro ombligo. El sentimiento es muy poderoso y la luz es como un profundo atardecer. Mientras se mueve hacia arriba al corazón, también tomando entre 10 a 15 minutos muchos escuchan la profunda vibración AH. Cuarenta sentimientos de apego desaparecen en este punto y un gozo indescriptible es sentido. De veinte a treinta minutos después de la muerte estas dos energías se han fusionado así en el centro de nuestro pecho y todo se vuelve negro. Mientras esto sucede, siete velos derivados de la ignorancia se disuelven.
Luego, aparece una luz radiante, totalmente más allá de la conciencia personal. Si podemos mantener ese estado la meditación es llamada thugdam. Esto significa que la mente esta al margen del corazón en una condición que no separa la verdad externa e interna. Aquí, su abierta, clara e ilimitada esencia penetra todos los tiempos y direcciones; esta es la conciencia de los lamas como Karmapa. Esto es comparado como el encuentro entre un niño y su madre y, si puede ser mantenido, hay una verdadera iluminación. Toda separación entre espacio y energía, así como entre pasado, presente y futuro, luego desaparecen.
Quien no pueda mantener este estado se oscurecerá. El libro Tibetano de los muertos menciona un período de tres a cuatro días de inconsciencia después de la muerte."
Lama Ole Nydahl
Tomado de la web Oshogulaab