"En el Bardo Thödol es acentuadamente perceptible que aclara al difunto la primacía del alma, pues eso es lo único que la vida no nos aclara. Estamos tan cercados por las cosas que nos empujan y oprimen que nunca tenemos oportunidad, en medio de todas estas cosas “dadas” de preguntarnos por quién son “dadas”. El difunto se libera de este mundo de cosas “dadas”; y el fin de la instrucción es ayudarle en pos de esa liberación. Si nos ponemos en su lugar, obtendremos con ello una no menor recompensa, puesto que desde los primeros párrafos mismos aprendemos que el “dador” de todas las cosas “dadas” habita dentro de nosotros. Esta es una verdad que frente a toda evidencia, tanto en las cosas más grandes como en las más pequeñas, jamás se conoce, aunque a menudo es para nosotros tan sumamente necesario, en verdad tan sumamente vital, que la conozcamos."
"Y cuando entres al Zendo y cruces la puerta, no creas que estás entrando al Zendo, no sabes lo que es este cuarto. Y cuando camines, no sólo hagas una meta el llegar a tu asiento, no estés pensando "voy a mi asiento". Tal vez nunca logres ir tan lejos, realmente no lo sabes..." (Zoketsu Norman Fischer)
viernes, 14 de julio de 2017
¿Quién es Dios?
He aquí unas breves palabras de C. Jung de su comentario al Bardo Thodol: