"Ultimamente he estado pensando en esta vacuidad, esta forma de Dios como algo potencial. Lo potencial, la potencia de cada momento. Potencial es un concepto extraño, así como también el de vacuidad. Lo potencial es y no es al mismo tiempo; esa es su esencia: tanto ser como no ser. Si algo es potencial uno lo siente, lo potencial es algo real que está allí en alguna forma. Y sin embargo no es real, no está allí, porque tan pronto como se hace presente, se hace real, ya no es potencial. Lo real y lo potencial son exactamente opuestos. Ellos se oponen lógicamente. Algo que es potencial no es real. Cuando llega a ser real ya deja de ser potencial. Por lo tanto lo potencial es un poder en las cosas que esta realmente allí y sin embargo no se manifiesta en la forma en que nosotros pensamos las cosas se manifiestan. Cada momento es un momento de lo potencial, un momento de poder. La esencia de lo potencial, la esencia de su tremendo poder, es la posibilidad, la posibilidad inherente en cada momento de crecer y desarrollarse. Todas las cosas que suceden, cada momento de nuestras vidas, tiene el poder de transformarnos, de formarnos y desarrollarnos - para bien o para mal. Aún las dificultades tienen ese potencial. Todas las cosas tienen ese potencial, por lo que comenzar a ver nuestras vidas como vacías y por lo tanto llenas de posibilidades y significado quiere decir que dejamos de pensar "Yo quiero esto. Yo no quiero aquello. Esto es bueno para mí. Esto es malo para mí". En lugar de esto nosotros vemos las posibilidades momento a momento en un desarrollo infinito. Esto constituye una sensibilidad muy diferente a nuestra forma habitual de ver los momentos de nuestra vida."
"Y cuando entres al Zendo y cruces la puerta, no creas que estás entrando al Zendo, no sabes lo que es este cuarto. Y cuando camines, no sólo hagas una meta el llegar a tu asiento, no estés pensando "voy a mi asiento". Tal vez nunca logres ir tan lejos, realmente no lo sabes..." (Zoketsu Norman Fischer)
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