[...]
1.33. Shiva enseñó 84 âsana; se describen ahora las cuatro
más importantes: siddhâsana, la padmâsana, simhâsana y
bhadrâsana.
Siddhâsana.
1.34. La más confortable de las cuatro, siddhâsana, debe practicarse siempre.
1.35. Siddhâsana: se aprieta con firmeza el talón izquierdo contra el perineo y se coloca el derecho justo encima del órgano sexual (a la altura del pubis), sujetando el pene entre los dos pies (en la versión femenina, el talón mas bajo debe colocarse contra los labios mayores de la vagina); se mantiene la barbilla contra el pecho y se permanece sentado en posición erguida, con los sentidos controlados y la mirada fija entre las cejas. Siddhâsana permite atravesar la puerta que conduce a la perfección.
1.36. Siddhâsana se realiza también colocando el talón izquierdo por encima del medhra o del yoni, y el talón derecho por encima de éste.
1.37. Algunos llaman a esta variación siddhâsana; otros la conocen como vajrâsana, muktâsana o guptâsana.
1.38. Igual que entre los yama y niyama las prácticas mas importantes son la moderación en la dieta y ahimsâ, los siddha saben que la más importante de las âsana es siddhâsana.
1.39. Entre las 84 âsana, se ha de practicar siempre siddhâsana, pues purifica los 72.000 nâdi.
1.40. El yogui que, practicando siddhâsana durante doce años, medita sobre su auténtica esencia (âtman) y come con moderación, logra el éxito (siddhi) en el yoga.
1.41. Si se domina siddhâsana y se logra contener prâna con la práctica de kevalakumbhaka, no son precisas las demás âsanas.
1.42. Cuando se ha perfeccionado siddhâsana, se puede gozar del éxtasis proporcionado por el estado meditativo unmani-âvasthâ que surge por sí solo; los tres bandha aparecen de forma natural, sin esfuerzo.
1.43. No hay âsana como siddhâsana, ni kumbhaka como kevala, ni mudra como khechari, ni laya como nada.
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1.33. Shiva enseñó 84 âsana; se describen ahora las cuatro
más importantes: siddhâsana, la padmâsana, simhâsana y
bhadrâsana.
Siddhâsana.
1.34. La más confortable de las cuatro, siddhâsana, debe practicarse siempre.
1.35. Siddhâsana: se aprieta con firmeza el talón izquierdo contra el perineo y se coloca el derecho justo encima del órgano sexual (a la altura del pubis), sujetando el pene entre los dos pies (en la versión femenina, el talón mas bajo debe colocarse contra los labios mayores de la vagina); se mantiene la barbilla contra el pecho y se permanece sentado en posición erguida, con los sentidos controlados y la mirada fija entre las cejas. Siddhâsana permite atravesar la puerta que conduce a la perfección.
1.36. Siddhâsana se realiza también colocando el talón izquierdo por encima del medhra o del yoni, y el talón derecho por encima de éste.
1.37. Algunos llaman a esta variación siddhâsana; otros la conocen como vajrâsana, muktâsana o guptâsana.
1.38. Igual que entre los yama y niyama las prácticas mas importantes son la moderación en la dieta y ahimsâ, los siddha saben que la más importante de las âsana es siddhâsana.
1.39. Entre las 84 âsana, se ha de practicar siempre siddhâsana, pues purifica los 72.000 nâdi.
1.40. El yogui que, practicando siddhâsana durante doce años, medita sobre su auténtica esencia (âtman) y come con moderación, logra el éxito (siddhi) en el yoga.
1.41. Si se domina siddhâsana y se logra contener prâna con la práctica de kevalakumbhaka, no son precisas las demás âsanas.
1.42. Cuando se ha perfeccionado siddhâsana, se puede gozar del éxtasis proporcionado por el estado meditativo unmani-âvasthâ que surge por sí solo; los tres bandha aparecen de forma natural, sin esfuerzo.
1.43. No hay âsana como siddhâsana, ni kumbhaka como kevala, ni mudra como khechari, ni laya como nada.
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Del "Hatha Yoga Pradipika"
del yogui Svatmarama.
del yogui Svatmarama.
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