No hay mayor reconocimiento de la igualdad de todos los hombres que este saludo. Una igualdad que nos hermana, basada en la "santidad" como rasgo esencial de nuestra naturaleza. Somos seres nacidos para la perfección y la felicidad y caminamos juntos, interconectados, tejiendo y destejiendo nuestras vidas en eones, aunando y trabajando energías tan intangibles como poderosas en pos de la budeidad, de la Iluminación, que no está fuera, sino dentro de la semilla que cada uno de nosotros somos; no solo en "mí" o en "ti", sino en el Todo y Uno al que pertenecemos y que alcanzaremos al fin cuando seamos capaces de romper nuestros límites...
Un saludo similar es el utilizado en la tradición tántrica y yóguica: Om Namah Sivaya, cuyo significado sería "me postro ante la Presencia de Dios en ti y en mi"
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