Hubo un maestro que, levantando su bastón en el aire decía a sus discípulos:
- No lo llaméis bastón: si lo hacéis, afirmáis. No neguéis que es un bastón: si lo hacéis, negáis. Sin afirmar ni negar entonces podéis hablar.
- No lo llaméis bastón: si lo hacéis, afirmáis. No neguéis que es un bastón: si lo hacéis, negáis. Sin afirmar ni negar entonces podéis hablar.
La mente está atrapada en la dualidad de la vida. La mente sirve para juzgar, para clasificar, para diseccionar, para ordenar, la mente sirve para muchas cosas pero no tiene la solución ni las claves de la vida, porque estas están más allá de la mente.