“El mandala es una
típica forma de arquetipo; es lo que llaman en aritmética la cuadratura del
círculo, el cuadrado en el círculo, o el círculo en el cuadrado. Y es un
símbolo antiquísimo, que va hasta la prehistoria del hombre, aparece en toda la
tierra y expresa a la deidad o al YO, y
estos dos términos están psicológicamente muy relacionados, lo que no quiere
decir que yo crea que Dios es el Yo o que el Yo es Dios. Yo he afirmado que hay
una relación psicológica, y hay muchas evidencias de ello. Y es un arquetipo
muy importante, es el arquetipo del orden interior. Y siempre se unas en ese
sentido, ya sea para hacer la disposición de los muchos, muchos aspectos del
universo, el esquema del mundo, o el esquema de nuestra psiquis. Y expresa el
hecho de que hay un centro y una periferia y trata de abarcar el todo. Es un
símbolo de totalidad. Por eso en un momento en que, durante el tratamiento,
existe un gran desorden y caos en la mente de un hombre, entonces puede aparecer este símbolo, ya sea en forma
de mandala en un sueño, o como dibujos fantásticos imaginarios o en cosas así. Aparece allí espontáneamente. Como un arquetipo
compensador, trayendo orden, mostrando la posibilidad del orden. Centralidad. Y
significa un centro que no coincide con el ego, sino con la totalidad, es
totalidad. Somos totalidad, a la que llamo el YO. Sí… este término para la
totalidad, pero no soy total en mi ego, mi ego es un fragmento de nuestra
personalidad. Así que el centro de un mandala no es el ego, es toda la
personalidad.”
(El propio Jung lo explica en los minutos 31:55 -
35:51)