Podría uno preguntarse por qué es mejor liberar la emoción que producir karma positivo. La respuesta es que todas las huellas kármicas nos constriñen, nos restringen en identidades particulares. La meta del camino es la liberación total de todo condicionamiento. Esto no significa que una vez que uno está liberado, la compasión y otros rasgos positivos no estarán presentes; de hecho, lo están. Pero cuando ya no estamos manejados por las tendencias kármicas, podemos ver nuestra situación claramente y responder de manera espontánea y apropiada, en lugar de ser empujados en una u otra dirección.
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Si bien permitir que la emoción se libere a sí misma es la mejor forma de responder, resulta difícil hacerlo sin tener antes una práctica desarrollada y estable. Pero independientemente de cómo sea nuestra práctica ahora, podemos decidir parar por un momento cuando la emoción aparezca, entrar en contacto con nosotros mismos y elegir actuar de la mejor manera posible. Podemos aprender a suavizar la fuerza del impulso de los hábitos kármicos. Podemos usar el proceso conceptual para recordar que la emoción que vivenciamos es, simplemente, el fruto de huellas kármicas anteriores.
Si bien permitir que la emoción se libere a sí misma es la mejor forma de responder, resulta difícil hacerlo sin tener antes una práctica desarrollada y estable. Pero independientemente de cómo sea nuestra práctica ahora, podemos decidir parar por un momento cuando la emoción aparezca, entrar en contacto con nosotros mismos y elegir actuar de la mejor manera posible. Podemos aprender a suavizar la fuerza del impulso de los hábitos kármicos. Podemos usar el proceso conceptual para recordar que la emoción que vivenciamos es, simplemente, el fruto de huellas kármicas anteriores.
"El yoga de los sueños. Manual práctico para realizarlos mientras dormimos"
Ed. Pax México. México, 2004
Se puede leer y descargar aquí.