Entro en el bosque y me asiento en el silencio.
En torno a mí las inquietudes se sosiegan
como las ondas sobre la superficie del lago,
y las preocupaciones se aquietan
como el ganado que pace tranquilo.
Entonces aparece aquéllo que me teme
y permanece un instante ante mis ojos
para desaparecer un momento después
llevándose consigo sus temores.
Canta y escucho su canción.
Luego surge aquéllo a lo que temo
y perdura un instante ante mis ojos
para desaparecer un momento después
llevándose consigo mis temores.
Canta y escucho su canción.