La persona que ha tenido durante mucho tiempo problemas, adquiere el vicio de estar preocupado, de tal modo que aunque se solucionen sus problemas, como con esa actitud de preocupación que ha tenido durante tanto tiempo ha vivido situaciones intensas y se ha vivido a sí mismo con cierto dramatismo, esta experiencia de la preocupación ha anclado en él y se ha convertido en un condicionamiento. Necesita preocuparse. Y esta persona se vuelve a complicar la vida artificialmente, buscándose problemas donde no los hay para poder adoptar la misma actitud anterior. Parece absurdo, pero si uno mira con un poco de objetividad su propia vida, descubre muchas cosas de éstas. Hay infinidad de personas que tienen, por ejemplo, el vicio de quejarse, de sentirse mártires, víctimas. [...] No se nos ha insistido lo suficiente en que podemos cultivar directamente la disciplina de la actitud. La actitud es un gesto interior que depende de la mente y de la voluntad y su cuidadoso cultivo es de por sí suficiente para transformar nuestra personalidad.
Estamos acostumbrados a cambiar nuestras actitudes no de un modo directo - con ese gesto interior inmediato de variar nuestra disposición de ánimo - sino mediante ayudas exteriores. Necesitamos leer un libro, que nos digan unas palabras agradables, escuchar música apropiada, ... O sea que cambia la actitud a través de un periplo externo que nos hace perder gran cantidad de tiempo. Es absurdo que, por no tener a mano la medicina, por ejemplo un libro determinado que no encontramos, no podamos cambiar la actitud.
Mi propia actitud solo depende de un gesto de mi mente y de mi propia voluntad. No tiene por qué depender de ayudas exteriores. Aunque no estemos acostumbrados a cultivar directamente la disciplina de la actitud, no obstante podemos probar a hacerlo. Se trata de aprender a vivir siempre en una actitud abierta, alegre, confiada, serena, en una palabra, positiva, [...] porque somos energía, porque somos capacidad de acción, amor, entendimiento, porque somos, por lo tanto, algo positivo. Vivir directamente esto positivo que hay en nosotros, así, por las buenas, de eso se trata. Podrá objetarse, ¿por qué he de estar alegre si las cosas me van mal? Pues has de estar alegre porque tú eres alegría, y eres más alegría que tristeza. La alegría nace de tu ser profundo, pues el mero hecho de existir es ya alegría; la tristeza es una nube que se ha interpuesto entre tu realidad profunda y tu consciente. Por lo tanto aprende a vivir lo que eres mentalmente, porque eso nunca deja de ser.
[...] En la medida en que cultivemos la actitud positiva mediante la práctica de la meditación, entonces, aprenderemos a vivir de un modo inmediato esa realidad nuestra positiva, la gran afirmación de que "soy yo" con todo lo que implica el ser, de positividad, de fuerza, de plenitud. Las ideas que hay dentro de nuestra mente, y que mantenemos día tras día, son las que configuran y determinan nuestro modo personal de ser.
Estamos acostumbrados a cambiar nuestras actitudes no de un modo directo - con ese gesto interior inmediato de variar nuestra disposición de ánimo - sino mediante ayudas exteriores. Necesitamos leer un libro, que nos digan unas palabras agradables, escuchar música apropiada, ... O sea que cambia la actitud a través de un periplo externo que nos hace perder gran cantidad de tiempo. Es absurdo que, por no tener a mano la medicina, por ejemplo un libro determinado que no encontramos, no podamos cambiar la actitud.
Mi propia actitud solo depende de un gesto de mi mente y de mi propia voluntad. No tiene por qué depender de ayudas exteriores. Aunque no estemos acostumbrados a cultivar directamente la disciplina de la actitud, no obstante podemos probar a hacerlo. Se trata de aprender a vivir siempre en una actitud abierta, alegre, confiada, serena, en una palabra, positiva, [...] porque somos energía, porque somos capacidad de acción, amor, entendimiento, porque somos, por lo tanto, algo positivo. Vivir directamente esto positivo que hay en nosotros, así, por las buenas, de eso se trata. Podrá objetarse, ¿por qué he de estar alegre si las cosas me van mal? Pues has de estar alegre porque tú eres alegría, y eres más alegría que tristeza. La alegría nace de tu ser profundo, pues el mero hecho de existir es ya alegría; la tristeza es una nube que se ha interpuesto entre tu realidad profunda y tu consciente. Por lo tanto aprende a vivir lo que eres mentalmente, porque eso nunca deja de ser.
[...] En la medida en que cultivemos la actitud positiva mediante la práctica de la meditación, entonces, aprenderemos a vivir de un modo inmediato esa realidad nuestra positiva, la gran afirmación de que "soy yo" con todo lo que implica el ser, de positividad, de fuerza, de plenitud. Las ideas que hay dentro de nuestra mente, y que mantenemos día tras día, son las que configuran y determinan nuestro modo personal de ser.
"Dhyana-yoga
La transformación interna mediante la práctica de la meditación."
A- Blay.
Ediciones Cedel
Barcelona, 1965
La transformación interna mediante la práctica de la meditación."
A- Blay.
Ediciones Cedel
Barcelona, 1965