"Esta frase tan corta me impresionó. Es de Schopenhauer, el filósofo que más me interesó cuando era joven. Luego, he sabido que el pensador alemán –y profeta de Nietzsche– ha sido el preferido de los artistas y ha ejercido una gran influencia en ellos. Me alegraría saber por qué, pero en mi caso, la frasecita me confirmó que para ser dramaturgo o novelista hay que contar mucho con la historia y la memoria del prójimo, para saber quiénes somos nosotros.
Supuestamente, yo me arrimo afectivamente a las vanguardias de mi siglo, pero también soy un entusiasta de «lo antiguo». A mí lo antiguo me hace vivir y soñar como nada en el mundo. Yo he sido muchos otros, antes de ser yo, y sus impresiones, sus apetitos, sus espantos, su larga experiencia sensorial, están inscritos en mis genes, en mi ADN."